domingo, 12 de abril de 2015

Ciencia

-Ya sabes, es solo química.

-No me gusta cuando dices eso.

-Pero es la verdad.

-¿Incluso ahora cuando caminamos de la mano, también?

-Claro.

-Yo no lo veo así.

-Pues es así.

-No te pongas serio.

-No me pongo serio. Es la ciencia que es así.

-¡Esto no es ciencia!

-¡Todo lo es!

-¿Si te amo también es ciencia?

-Si me amas es porque sientes algo, y si sientes algo es porque ciertas partículas, ciertas moléculas dentro de tu cerebro actúan de determinada manera.

-Ya... las hormonas. No podían faltar las hormonas.

-Sí, pero no solo eso. Verás...

-¿Y por qué pasa todo eso que dices que pasa en mi cerebro?

-Bueno, pues porque es así, porque funciona así.

-Sí, pero por qué. ¿Por qué contigo y no con otro?

-Eso no tiene importancia.

-¡Oh! ¡Sí que la tiene! ¡Ya lo creo que la tiene!

-A efectos fisiológicos es igual.

-Vale. Pero quiero que me digas por qué te quiero a ti y no a otro.

-¡Es lo mismo yo que otro! ¡Funciona igual!

-No sabes. No sabes porqué. Tu querida ciencia todavía no puede explicar eso.

-Bueno, en términos evolucionistas es posible que como hembra hayas visto que tengo las cualidades que como macho consideras adecuadas para tener descendencia.

-¡No, no! ¡No me vengas con Darwin ahora! ¡Que ese tenía explicaciones para todo!

-Pues como quieras, pero es así. Es ciencia.

-Ok. Pues cuando tu ciencia me explique porque me gusta pasear al atardecer de la mano contigo y no con otro me lo cuentas.

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