Mostrando entradas con la etiqueta feliz. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta feliz. Mostrar todas las entradas

jueves, 16 de abril de 2015

Adiós

Bueno, era inevitable. Sabías que iba a pasar. Tarde o temprano ocurriría. Después de todo, quién eras tú. Tú eras triste y débil. Ella no se merecía alguien así. Ella se merecía a alguien que la sacase a bailar, que la llevase al mar por la noche, que pudiera mirarla a los ojos sin sentirse inferior. Ahora se ha ido. Ahora será feliz. Tú debes seguir tu camino. Era inevitable y lo estabas esperando. No puedes culparla, ¡cómo hacerlo! Después de todo, quien eras tú. Ella se merecía a alguien que fuese más que versos.

domingo, 12 de abril de 2015

Y ella volando sola

Otra vez solo. Otra vez tú. Así está mejor. Así es como tiene que ser. Simplemente no naciste para compartir tu vida con otra persona. Eso es para otros, para los que saben amar. Tú solo sabes escribir.

Sabes que la soledad te viene bien. Ella te ha moldeado y te ha hecho escritor. Hoy eres quien eres gracias a la soledad.

En compañía se estaba bien. La querías. Sí, la amabas. Como diría Neruda: "Cómo no amar sus grandes ojos fijos."

Pero era todo demasiado irreal, ese no eras tú. Tú eres el de los poemas, ya sabes; el que le escribe a medianoche, el que no tiene más consuelo que su pluma. De todas formas ella no iba a ser feliz a tu lado. ¿Qué podías ofrecerle sino nostalgia? No te merecías irte todas las noches a la cama con una amazona.

Otras vez solo vuelves a ser tú. Vuelves a la normalidad, vuelves a ser el de antes, vuelves a ser el de siempre. Solos tú y tu soledad. Y ella volando sola lejos de ti, entre tinta y papel.

miércoles, 1 de abril de 2015

Demasiado imperfecto

Mi ninfa tierna, donde estarás. Recuerdo que eras de nata, de nata y suave, y dulce, y clara. Yo recorría tu piel como las nubes recorren el cielo. Qué felices hubiésemos sido...
Yo era demasiado imperfecto.

Ahora imagino que otro encontrará tus labios finos en la oscuridad, te tomará de la mano y te robará sonrisas de fresa. Tú le harás caricias, él jugará con tu pelo... Mientras yo te escribo.

Yo era demasiado imperfecto.

Yo solo quería mirarte a los ojos y pasar dos segundos a solas contigo. Nunca sabremos cuanto te hubiese querido.

Ahora eres lejanía, lejanía y desengaño. Yo no me atreví a mirarte a los ojos cuando estuve a solas contigo. Yo, que era simple, normal, mundano, y cobarde a tu lado; me detuve en la perfecta configuración de tus labios. Y después, soñé más abajo, donde mi piel con tu piel se hacía sublime, allí, en aquel valle cálido...

lunes, 23 de febrero de 2015

Yo ya no seré

Cuando leas esto serás feliz y yo ya no seré. Es extraño, hasta que no ocurren ciertas cosas no se comprende que es la vida. Ahora sé que mi vida eras tú, y ahora que tú no puedes ser, mi vida ya no es.

Resulta paradójico, tu felicidad consumada ligada al destino de otro que no soy yo. Debería de estar contento, supongo. Pero también debería estar abatido.

Tal vez lo que más duela sea saber que tu cuerpo arderá lejos de mí, que otro probará tu sabor a fuego, y te verá agitarte como un volcán. Mientras tanto yo ya no seré. Tal vez tras el umbral te encuentre, tal vez te ame incluso más. Lejos, muy lejos de ti, en otro yo, te guardaré para siempre en la estancia más luminosa de mi alma desdichada.

Así te dejo, amor, así te dejo; yo tengo una existencia por concluir y tú toda una vida por disfrutar. Te dejo todo el amor que a ti te sobra, y estas humildes letras solitarias. Me voy sabiendo que serás de otro, que será otro quien conozca tu centro, y quien pose sus labios en los momentos más íntimos en la suave piel de tus pechos.

Eternamente tuyo, te mando mil besos, mil besos como mil hormiguitas traviesas recorriendo tu cuello...


martes, 27 de enero de 2015

Premoción

Y que te lleve a bailar, a reír, a disfrutar que estás viva. Mientras yo, aquí seguiré contando suspiros en las horas que pasó muriéndome despacio. Sabes que yo no soy más que pasto. Tú te mereces una vida de amores y placeres. Aquí yo te espero. Guardo mis manos en una cajita de porcelana y estrecho contra mi pecho cuatro de tus estrellas. Tú te mereces alguien que te lleve a bailar y a descubrir que estás viva. Mientras yo, amor, que soy débil, permanezco en tu estela, soñándote feliz, amándote despacio...