lunes, 24 de noviembre de 2014

Tal vez

Tal vez
hoy ya no te ame.
Tal vez.
Tú, mi todo perdido,
mi amor de siempre,
mi lamento extraño;
mi vida
en labios de otro,
mi yo
fuera de mí,
mi tú,
tu yo en otro,
y en aquel
yo.




jueves, 20 de noviembre de 2014

Un trozo de tu piel

No conozco
más destino
que halagarte
Qué daría
yo por un trozo
de tu piel.
Amiga mía
de dulces placeres;
eres viento, fuego,
y tierra;
un torbellino.
Doy ocho besos
y ni uno más
para dejarme
morir contigo.


viernes, 14 de noviembre de 2014

Piernas de mármol

Cuántas veces habré ido y vuelto de ese cuerpo. De esas piernas de mármol y de ese centro infinito. Me gusta olvidar nuestros nombres mientras nos fundimos. Saber que en alguna parte de mí empiezas tú, y que tú acabas justo donde empiezo yo. Ir y volver de ti me recuerda a nosotros, a dos segundos de amor y a toda una eternidad de amargura. Eres de mármol, toda, entera; con suaves betas de indolente frialdad. Cuántas veces habré ido y vuelto de esas piernas de mármol y de ese centro infinito.






sábado, 8 de noviembre de 2014

Mi mundo diminuto

Cuanto me cuesta
renunciar a ti
y a tus ojos tristes.
Mi mundo
es tan diminuto
que perderte
es renunciar
a un millón
de poemas.
A mí
me gustas así.
Tus cuatro sonrisas
y toda esa cascada
tuya azabache.
Así como tú eres
una metáfora
hecha mujer.


martes, 4 de noviembre de 2014

Tormentas y calmas.

Me gustan las páginas amarillas y tus ojos marrones; tu piel blanca, blanquísima, y tu pelo oscuro, oscuro. Sí, me gusta todo. Me gustas cuando estás callada y yo leo a tu lado, y tú sólo respiras, respiras y respiras. También cuando duermes y yo observo fascinado tu sueño; en silencio, siempre en silencio. Me gusta encontrar tu cuerpo entre un mar de sábanas. El deleite de mis dedos navegando sobre tu piel en calma. Y las tormentas... sí, las tormentas y las calmas.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Amarnos y nada más

No te gusto, lo sabes; pero no sé porque te empeñas en querer pensar lo contrario. 

Ya me gustaría que fuese así, pero sólo soy tu poeta, tu amante lejano de rostro serio y ojos tristes. Sabes que amarte se me haría imposible, que sólo sé sentir, y nada más. Me consuela un poco pensar que lo intentas, que en tu inmenso corazón has querido hacerle hueco a esta alma extraña, y que tu espíritu es tan claro que caben en él hasta las personas más oscuras.

Amor, sabemos que en un mundo imposible seríamos compatibles; y que ahora sólo nos queda saber que nos amamos, que nos amamos, y nada más.