sábado, 28 de noviembre de 2015

Te vas

Te vas, y qué decirte, esto no es como en las películas, esto es real. Te tengo frente a mí, no llueve, ni estamos en un andén, pero te vas, eso es seguro. Te vas, y salvo una maravillosa carambola del destino ya nunca más volveré a verte. He de hacerme a la idea. Sí, he de acostumbrarme. Dices que no me preocupe, que nos veremos pronto. Pero cómo creerte. Yo sé que mientes porque me sabes abatido, yo sé que mientes para no hacerme sufrir más, yo sé que mientes a conciencia, sé que no volverás buscándome, preguntando adonde he ido, gritando mi nombre. Y sé que no dejarás que te encuentre.

Te vas, esa es la única realidad que me queda. Te vas, es la pura verdad. Te vas y sólo me dejas la falsa esperanza de volver a verte; y yo la acepto, y yo me la quedo, y la guardo. Y me duermo sabiendo que te has ido, y que ya nunca más te volveré a ver.

El mejor agosto

Paradigma
de juventud,
muchacha dichosa,
porqué me gustarán
tanto esos ojos,
esa nariz, esos labios,
esa tierna existencia
tuya.

 Te quiero
tanto, amor;
niña, te quise
tanto.

Qué será ahora 
de todo.

Tú, mi preciosa,
hallarás la dicha
en otros lugares,
y en brazos de otro.
Todo eso que yo
no te supe dar,
el poeta nunca
sabe nada.

Yo, así como soy,
la sombra que de mí
recuerdas, yo,
ese manojo de letras
extrañas seguirá
aquí, yo no me voy.
Aquí sin ti
como antes cuando
estabas.

Qué tierna,
que triste te marchaste,
gracias que te
 robé la última
de tus sonrisas,
tú, la cosa más
bonita que vi
desde aquel agosto.

viernes, 27 de noviembre de 2015

27 de noviembre

Será para siempre,
amor, será sin ti.
Ya no más tú.
Madrugar, qué
triste rutina,
tan duro pensar
que ya no estás.
No más saludos,
no más, ya nada
de ti. Ahora
quién será.

Ahora sin ti,
si nada.
No todo, la nada,
y para siempre,
qué frío,
sabíamos
que llegaría el invierno. 
Qué frío.

De pesar mis manos
tiritan, como 
fulgores del cielo,
como llamas,
brasas extintas
que se consumen
ausentes,
de ausencia se 
agitan y me duelen.

¡Qué frío, amor,
qué frío!
Nunca pensé
verte ir tan
pronto,
qué duro,
sonrisa de azúcar,
este veintisiete
de noviembre.

martes, 24 de noviembre de 2015

Otra vez


Fingiré que no te conozco y que todavía no me muero por esa boquita tuya. Tú puedes fingir que tampoco me conoces, si quieres. Podemos hacer que somos otra vez unos desconocidos y que nada de lo pasado cuenta ya. Yo puedo jugar a arrancarte sonrisas de nuevo, y tú, si quieres, puedes olvidarte de todas las cosas que te he dicho para volver a sorprenderte, aparentando que no te encantan, cuando las vuelvas a escuchar.

Podemos inventar cosas que nunca sucedieron, o podemos repetirlo absolutamente todo, sin dejar ningún detalle atrás. Pero esta vez yo quiero hacerte creer que te quiero un poco menos, y tú, sólo si quieres, princesa, puedes ilusionarme un poco más.

lunes, 23 de noviembre de 2015

Alondra

Hoy desperté
con una alondra,
ángel travieso
que tu recuerdo
me había regalado.

Será
que ya no te veo,
será que te alejas
entre memorias de versos
y batir de alas.

Será
que alondra,
entre relámpagos de sueños,
etérea sinfonía,
bates con fuerza mi alma.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Rayito de noviembre

Rayito de noviembre
Cómo rompes el mediodía.
Yo me creo morir
cuando me miras.
Cálida muchacha castaña,
no sabes que me regalas
el mundo cada vez
que tus ojos hacia mí
se giran.

Cómo me sabes a abril
maravilla acaramelada,
si yo supiese cuanto 
vale la eternidad
te la compraba.

Todo, nada.

Qué me importará a mí. Qué me importará que sea estúpido, que no tenga sentido, absurdo y gratuito. Qué me importará si no me hace falta más, si no necesito más, qué importará lo que me digan, qué sabrán ellos de todo lo que te amo, qué sabrán ellos de toda esta locura. Qué sabrán, cómo puede saberse. Cómo se puede pretender conocer lo ilógico, lo inalcanzable, eso que te recorre por dentro y te abrasa las entrañas. Qué importará que nada sirva de nada, que importará lo maravillosamente estúpido que sea todo, qué importa si cuando te miro ya puede acabarse ahí el mundo. Con todo lo que te amo, que puede importarme que no me ames.

martes, 17 de noviembre de 2015

Verde

¡Baila, florecilla, baila!
como los pétalos
mecidos por el viento.
¡Baila sonrisa blanca
que a mí me gusta
cuando bailas!

Qué linda, florecilla,
yo me enamoro
de tu fiesta de colores.
Ninfa verde,
de tierra, de hojas,
y de menta;
cómo me gustas
cuando bailas.

Mañana estaré
aquí otra vez aunque
ya nada importe,
pero será otro día mañana
y yo, ensueño de jade,
 tendré ganas de volver a verte.

martes, 10 de noviembre de 2015

Yo vengo sólo por verte

Niña,
mañana yo
vuelvo aquí
sólo por verte.
aunque no me
hables, aunque ni
me mires,
qué importa.

Pero niña,
mañana ten
seguro que vuelvo.
Mañana estaré
aquí, esperando
a que aparezcas,
con tu carita
de muchacha
mágica.

Como hoy,
me encontrarás aquí,
boquita de fresa.
Quién sabe
qué pasará
si adviertes
mi presencia;
a lo mejor
nos besamos,
a lo peor ni
nos vemos.

De plástico

Un poco de poesía
para este mundo
de plástico,
para tanto acero
y tanto infeliz,
y sonrisas vacías.

Poesías que rellenen
los huecos de los
edulcorantes falsos.
Poesía contra
la polución y 
las prisas.
Poesía para
salvarnos del
mundo.

Las manzanas
de fibra ya no
son verdes.
Ahora todo
sabe a cartón.

¡Qué será de
nosotros en este
mundo de plástico,
si no te escribo,
si no te añoro,
si no me abrazas,
si no te pienso,
si no nos amamos!

lunes, 9 de noviembre de 2015

De chatarra

Y yo sigo aquí, este saco de huesos vapuleado por tu boca, por tus ojos cristalinos, por tu presencia tibia de brasas en la noche. Sigo aquí, dejándome arrebatar el alma todas las veces que quieres. Y tú como si no te importara, y tú como si no la quisieras. Pero con ella te quedas igual, con ella te quedas al fin, aunque no te sirva para nada; ni a mí tampoco. ¡Quédatela, te la regalo! Ya que vas a venir a arrancarme todas las veces un pedacito de ella, prefiero que te la lleves toda ahora. Llévatela y déjame desnudo al fin, sin la única protección que tenía ante la clara sonrisa tuya. No me importa, ya no. Yo seguiré aquí, este inerte saco de huesos, sin alma, sin vida, sin ti.

Buenos días

Entonces escuchas el "Buenos días..." más encantador que jamás se ha oído, y tú, simple mortal, te giras como las olas reclamadas por la orilla. Y la ves, y te sonríe con delicadeza durante un segundo demasiado efímero como para ser eterno, y tú respondes con una palabra vaga, que suena vacía en tu boca, a muchos años luz de las diez maravillosas letras que ella te dijo. Y así desaparece igual que había aparecido, llevándose con ella ese segundo, ese solitario segundo arrebatado.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Calíope

Calíope,
qué bien me suenas.
Se escuchan
a las olas
y a la espuma
en esa piel tuya,
canta el mar,
cantan tus ojos;
sueño y cielo
se escapan
de esa boca.

Calíope
que tan bien
me suenas,
música de
campanillas dulces;
Calíope
de todo lo bueno,
qué bonita
te oyes hasta
callando
en tu
murmullo
de nubes.

domingo, 1 de noviembre de 2015

La niña bonita

Ay, si no fueras tan bonita, 
si no fueras tan bonita, niña,
yo creo que el sol no saldría.
Aunque no tuvieses esa carita de vainilla,
y no fueses un ángel de avellanas,
en los parques y en los ríos,
igual yo te buscaría.

Con esa sonrisa de azúcar
y esos ojitos vivos,
princesita pareces de caramelo.
Linda entera y toda, linda para siempre;
musa adorada, ninfa celeste, 
como llora el mar por las noches
porque no te tiene.

Ay, si no fueras tan bonita,
qué sería de mí si no fueras tan bonita.
Sería más oscura la noche, 
menos claro el día. 
Espléndida niña deliciosa, 
jardín de abril, lluvia de flores.
Yo subía y te bajaba
a Casiopea.

Cómo no vas a ser
una estrellita del cielo,
cómo no vas a ser el néctar más rico
si en ti empieza y termina
todo lo que es bueno,
hasta estos versos encantados
que ser enredan buscando
tu cuello.