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miércoles, 21 de octubre de 2015

Tus hombros

Me gustan tus hombros porque están hechos de piel de ti. Son una capa de seda que buscan caricias, que llaman a mis besos. Me gustan tus hombros y bajar y subir por ellos. Tan delicados de carne tierna, deliciosos desde tus manos, exquisitos hasta tu cuello. Es esa zona de tu cuerpo como las nubes; el mejor vestíbulo, tan lejos del mundo, tan cerca de todo. Mi cielo, tiernos y suaves, de piel y carne de ti.

domingo, 11 de octubre de 2015

Los hombros más puros...

Aquellos eran los hombros más puros de la raza humana. Bronce en la cúspide redondeada, canela a media altura, y después, toda una cascada café hasta los brazos, hasta el codo, hasta las manos. Era todo ella una espléndida maravilla de piel tostada. Mudo e indefenso sólo podía deleitarme. Eran todas para mí aquellas dos inigualables piezas de fruta femenina, aquel exquisito conjunto de carne.

viernes, 6 de febrero de 2015

En la galería...

La tonalidad de su pelo era mil veces más majestuosa que los colores con que Monet pintó el cuadro que tiene delante.

Es toda luz, y temo que si me acerco un poco más vaya a desaparecer ante mis ojos. Intento no mirarla. Me giro hacia al Renoir que tengo a mi derecha, pero me vuelvo otra vez hacia ella. No soy mas que un vil trozo de metal y ella un imán de piel, carne, y magia.

Sus hombros son la mayor obra de arte que hay en la galería. Mi mirada se desliza por sus brazos y se detiene en la punta de sus dedos, diez exquisitas piezas de celestial calidez humana.

Jamás existió un ser más sublime visto de espaldas.