Me acordé de la primera vez que tus ojos se cruzaron con los míos, y de todas las noches de insomnio que le hemos regalado a nuestros cuerpos.
No necesito más que un poco de ti cada día; nuestras rutinas de caricias y el cotidiano deleite de tu presencia. Así somos perfectos complementos el uno del otro.
Te quiero así como eres princesa, y no me hace falta más.
No hay comentarios :
Publicar un comentario