"Puntos suspensivos" estuvo a punto de no tener la imagen que tiene hoy, y cuando digo "imagen", me refiero a ese característico color sepia.
Como logro el efecto del color sepia y que la imagen tenga ese toque "oscuro-luminoso" es un secreto tan secreto que no pienso revelar (al menos de momento). Aunque los que sepan algo de retoque fotográfico no tendrán problemas para adivinarlo.
Sin embargo, sí que os contaré que fue mi hermana la que me asesoró en la "imagen" que le debía dar a la imagen. Los escritores a veces (muchas veces), sólo sabemos hacer eso: escribir. Y muchas veces en las demás cosas nos perdemos. Así que siempre es bueno tener cerca a alguien que sepa y nos pueda ayudar.
Cuando escribí las primeras imágenes las quise subir directamente como salían, sin ningún tipo de "maquillaje", y os puedo asegurar que el resultado era algo HORRIBLE. Obviamente, yo sabía que se veía feísimo, y que aunque la frase pudiese ser buena, ésta no iba a gustar por lo mal que se veía. No se me ocurría como solucionarlo. Suerte que mi hermana (que de imagen y artes gráficas sabe mil veces más que yo) "pasaba por allí" y me ayudó. Cogió el ordenador, cogió mi imagen, y en dos segundos ya había transformado la imagen en el artístico encuadre color sepia que todos conocéis.
Siempre me dais las gracias a mí, pero ella (al igual que cada uno de vosotros) también tiene parte de culpa de que "Puntos suspensivos" sea lo que es hoy. Yo quería crear algo genuino, y ese "genuinidad" (permitidme el palabro) lo conseguí gracias a ella a través de este característico color sepia que tienen todas las imágenes, y gracias a algún que otro efecto más que no puedo revelar. ;)
Así que si no hubiese sido por ella, esta página no sería lo que es. Sería una página llena de frases (algunas más brillantes que otras), en un color feísimo, sin ninguna gracia, tristes, y demasiado simples.
Estoy contentísimo con el resultado, enamorado del color sepia que a veces expresa más que la propia frase, y encantado de que a partir de ahora ese color y ese efecto "oscuro-luminoso" se asocie a "Puntos suspensivos".
Pero recordad, todo esto estuvo a punto de no ser así...
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miércoles, 18 de marzo de 2015
sábado, 14 de marzo de 2015
SECRETOS DE PUNTOS SUSPENSIVOS - Tercera parte: el nombre...
No tardé mucho en decidir el nombre. Tras escribir las primeras frases me di cuenta de que casi todas las acababa en puntos suspensivos. Todas las dejaba "abiertas", o eran la continuación de otra frase más larga que omitía. Observé que los puntos suspensivos siempre estaban presentes, las frases eran fragmentos de conversaciones más profundas que esperaba que descubrieseis o imaginaseis. Y así empezó la página, y con ese espíritu que se ha mantenido hasta ahora.
Aunque profundizando un poco más, casi que se puede decir que lo mío con los puntos suspensivos es un "vicio". Abuso de ellos, y eso es malo, como todos los excesos. Siempre meto puntos suspensivos en todas partes ( hasta en los mensajes privados que intercambio con vosotros ), lo cual está mal incluso ortográficamente hablando; ya que los puntos suspensivos, al igual que las comas, los puntos y comas, y los puntos, deben ser usados en su justa medida y en su justo momento, lo cual no es fácil.
Así que salvando estas leyes ortográficas, espero que me perdonéis mi "abuso" de los puntos suspensivos. Puede que sin ese abuso nunca hubiese nacido esta página.
NOTA: Curiosamente no he metido puntos suspensivos en este texto.
miércoles, 11 de marzo de 2015
SECRETOS DE PUNTOS SUSPENSIVOS - Segunda parte: la primera frase...
"Merecieron la pena tus ojos azules..." Esa fue la primera frase que subí a esta página el 10 de marzo del año pasado a eso de las ocho, o nueve de la noche. Lo curioso es que no sé si fue esa la primera frase que escribí. En cualquier caso, consideraba que era la más bonita de las que tenía escritas hasta ese momento, y por eso decidí que fuese la primera.
En cuanto a la historia de la frase, pues no tiene mucha, o tiene bastante, según se mire. Resulta que era el primer verso de un poema que había escrito hacía un año (en la primavera del 2013 más o menos) a una vecina. Sí, a habéis leído bien, un poema que le había escrito a una vecina. La inspiración no siempre está en un espectacular atardecer en la cima de una montaña, o contemplando la salida del Sol a la orilla del mar, o en mitad de cualquier bucólico paisaje. La inspiración a veces está en el lugar más cercano e insospechado, en la puerta de enfrente, o en la de al lado. Y eso fue lo que me pasó a mí.
Cuando se tiene "el bicho del escritor" correteando por dentro uno no se detiene ante nada, así que yo, ni corto ni perezoso, como se suele decir, un buen día me decidí a escribirle a esta espléndida mujer. Y le escribí más veces, y más cosas, aunque ella este poema en cuestión nunca lo llegó a ver...
¿Y cómo acabó la historia? Pues la historia acabó en que... en que un año después yo abrí una página de Facebook en la que me puse a escribir frases de amor y desamor, y decidí que el primer verso del poema que le había escrito iba a ser la primera frase en compartir con vosotros.
SECRETOS DE PUNTOS SUSPENSIVOS - Primera parte: ¿Cómo surgió la idea?
Pues aunque me decidí a abrir la página el día 10, fue unos días antes cuando se me ocurrió la idea. Yo diría que fue alrededor del 7 o el 8 de marzo.
Lo curioso de todo esto fue el lugar donde me vino la idea. No diré que lugar fue, pero fue en un lugar muy cotidiano, muy normal. No fue en un gran museo ni en una espléndida biblioteca, fue durante una mañana en uno de esos lugares cotidianos a los que todos nos vemos obligados a ir de vez en cuando para resolver cuestiones que a ninguno nos gusta.
Con esto quiero decir que no hace falta ser un gran poeta o un gran escritor, ni tampoco hace falta estar rodeados constantemente de un ambiente intelectual o académico (aunque por supuesto que es recomendable y ayuda mucho). Quiero decir que sólo hace falta muchas ganas y esa pizca de vocación que todos los escritores llevamos dentro. Con sólo esos dos ingredientes de la "nada" podemos sacar grandes cosas.
Así que en esas horas o minutos muertos, mientras hacéis cola en el supermercado, mientras esperáis a que os llame el médico en la consulta, mientras os llevan en coche a algún sitio, o esperáis el autobus; en todos esos momentos se os pueden ocurrir grandes ideas, porque Puntos suspensivos surgió en un momento así.
Y así en un lugar cotidiano que nada tiene que ver con la literatura, me vino a la mente la primera frase, y después otra, y después otra. Entonces saqué mi libreta y me puse a apuntarlas. Pensé que sería genial compartirlas con la gente, y entonces decidí a abrir esta página.
¿La historia de la primera frase? Esa os la contaré un poco más adelante...
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