miércoles, 11 de marzo de 2015

SECRETOS DE PUNTOS SUSPENSIVOS - Segunda parte: la primera frase...

"Merecieron la pena tus ojos azules..." Esa fue la primera frase que subí a esta página el 10 de marzo del año pasado a eso de las ocho, o nueve de la noche. Lo curioso es que no sé si fue esa la primera frase que escribí. En cualquier caso, consideraba que era la más bonita de las que tenía escritas hasta ese momento, y por eso decidí que fuese la primera.

En cuanto a la historia de la frase, pues no tiene mucha, o tiene bastante, según se mire. Resulta que era el primer verso de un poema que había escrito hacía un año (en la primavera del 2013 más o menos) a una vecina. Sí, a habéis leído bien, un poema que le había escrito a una vecina. La inspiración no siempre está en un espectacular atardecer en la cima de una montaña, o contemplando la salida del Sol a la orilla del mar, o en mitad de cualquier bucólico paisaje. La inspiración a veces está en el lugar más cercano e insospechado, en la puerta de enfrente, o en la de al lado. Y eso fue lo que me pasó a mí.
Cuando se tiene "el bicho del escritor" correteando por dentro uno no se detiene ante nada, así que yo, ni corto ni perezoso, como se suele decir, un buen día me decidí a escribirle a esta espléndida mujer. Y le escribí más veces, y más cosas, aunque ella este poema en cuestión nunca lo llegó a ver...
¿Y cómo acabó la historia? Pues la historia acabó en que... en que un año después yo abrí una página de Facebook en la que me puse a escribir frases de amor y desamor, y decidí que el primer verso del poema que le había escrito iba a ser la primera frase en compartir con vosotros. 

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