-¿Qué haces?
-Te miro.
-¿Por qué?
-¿Qué pasa, no puedo mirarte?
-¿A qué viene esa sonrisa?
-Tú también sonríes...
-Sí, pero el que me miras eres tú.
-¿Y qué? Te miro porque me gustas.
-¿Y por qué sonríes?
-No sé, tal vez porque te amo.
-¿Y por eso sonríes de esa forma?
-Sí.
-Eres un idiota.
-Sí, tal vez... puede que lo sea.
-¿Siempre te vas a quedar así después de que hagamos el amor?
-¿Acaso no puedo?
-¡Ey, no te rías!
-¿Y tú porqué te acercas?
-Yo no me acerco. Eres tú el que quiere besarme.
-Yo no quiero besarte.
-¡No seas mentiroso!
-Lo estás deseando desde que abriste los ojos.
-¿Y cómo estás tan seguro?
-Porque desde aquí se te escucha el corazón.
-¡Qué gracioso! Te ha quedado muy poético, ¿sabes? Pero he escuchado mucho mejores.
-¡Qué presumida eres!
-Y tú que canalla.
-Tu canalla.
-Eso es lo que tu quisieras.
-Princesa, eso es lo que los dos queremos.
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