Mostrando entradas con la etiqueta letras. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta letras. Mostrar todas las entradas

sábado, 28 de noviembre de 2015

El mejor agosto

Paradigma
de juventud,
muchacha dichosa,
porqué me gustarán
tanto esos ojos,
esa nariz, esos labios,
esa tierna existencia
tuya.

 Te quiero
tanto, amor;
niña, te quise
tanto.

Qué será ahora 
de todo.

Tú, mi preciosa,
hallarás la dicha
en otros lugares,
y en brazos de otro.
Todo eso que yo
no te supe dar,
el poeta nunca
sabe nada.

Yo, así como soy,
la sombra que de mí
recuerdas, yo,
ese manojo de letras
extrañas seguirá
aquí, yo no me voy.
Aquí sin ti
como antes cuando
estabas.

Qué tierna,
que triste te marchaste,
gracias que te
 robé la última
de tus sonrisas,
tú, la cosa más
bonita que vi
desde aquel agosto.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Buenos días

Entonces escuchas el "Buenos días..." más encantador que jamás se ha oído, y tú, simple mortal, te giras como las olas reclamadas por la orilla. Y la ves, y te sonríe con delicadeza durante un segundo demasiado efímero como para ser eterno, y tú respondes con una palabra vaga, que suena vacía en tu boca, a muchos años luz de las diez maravillosas letras que ella te dijo. Y así desaparece igual que había aparecido, llevándose con ella ese segundo, ese solitario segundo arrebatado.

jueves, 16 de abril de 2015

A solas con sus versos

¡Se ha ido! ¡Y ahora qué va a hacer ella con mis versos! ¡Qué va a quedar de mí! ¡Qué va a ser de nosotros! Tal vez no recuerde que sigo aquí y que no puedo vivir sin ella. Quizás vuelva añorando mis letras. Quizás me sueñe, quizás me ame. Mientras tanto yo la espero. Yo la espero y sueño sus manos. Yo la espero y velo su ausencia. Aquí donde duele me acuerdo de ella. Aquí donde escribo la encuentro, firme y agradable entre mis dedos. Ahora, que se ha marchado y me ha dejado a solas con sus versos.

domingo, 5 de abril de 2015

Tres atardeceres y ocho primaveras

Hoy mis manos están destrozadas. Eso no pasaba cuando tu estabas. Entonces entrabas y yo te recibía con un “buenos días, princesa”. Los días se nos escapaban entre un temporal de besos y cosquillas indiscretas.

Pero ahora, amor, ahora mis manos están destrozadas y tu calor se ha marchado poco a poco de la punta de mis dedos. Qué cruel, qué extraño. Yo quiero ver si todavía te brillan los ojos cuando sonríes, y si todavía ladeas la cabeza cuando estás enamorada.

En estas letras nostálgicas que no dicen nada, te mando tres atardeceres y ocho primaveras. Yo, mientras tanto, esperaré a que los días se hagan más largos, y a que mis manos se acostumbren a tu ausencia.

domingo, 11 de enero de 2015

Amarte simplemente

Quiero amarte simplemente, casi sin que importe que tú me ames, y sin que a ti te importe si yo te amo o no. Sí, amar sin riesgos, amar sin miedo; que es la forma más sublime de amar, y a la vez la más baja de todas.

No me hace falta amarte para escribirte, ni siquiera que tú me ames. Sólo con que existas me basta. En tu presencia, que no tiene que ser real ni tampoco física, las letras se juntan solas unas con otras. A veces parece que eres tú quien las ordena. Yo que no soy más que un conductor de piel y sangre, y tú la artista que está detrás de todo.

Este vívido sin vivir tiene su gracia. Este amarnos sin amarnos, este soñarnos sin querernos, este buscarnos sin querernos encontrar. Sólo amarnos sin querer, y sin querer queriendo amarnos; como la forma más baja de amor, o la más sublime de todas.

domingo, 5 de octubre de 2014

De amores imposibles

Me debato entre amarte para siempre, o no volver a soñarte nunca más. Tu escritor es débil, ya lo sabes.

En los últimos tiempos ya no disfrutabas con mis letras. Estabas tan habituada que los desayunos de café con versos se te hacían amargos. Pero tu escritor todavía te amaba, a pesar de todo. Hacerte el amor con palabras era maravilloso. La distancia es lo que tiene, que si tú no ardes en mí, y yo no ardo en ti, no somos nada.

Que fueras imposible era lo que más me gustaba. Si no, no me lo explico. ¿A qué escritor no le gusta un buen imposible?