martes, 27 de enero de 2015

Premoción

Y que te lleve a bailar, a reír, a disfrutar que estás viva. Mientras yo, aquí seguiré contando suspiros en las horas que pasó muriéndome despacio. Sabes que yo no soy más que pasto. Tú te mereces una vida de amores y placeres. Aquí yo te espero. Guardo mis manos en una cajita de porcelana y estrecho contra mi pecho cuatro de tus estrellas. Tú te mereces alguien que te lleve a bailar y a descubrir que estás viva. Mientras yo, amor, que soy débil, permanezco en tu estela, soñándote feliz, amándote despacio...



martes, 20 de enero de 2015

Si no existieras...

No sé,
tal vez si no existieras
el mundo sería distinto.
Tal vez,
la primavera no fuese verde,
y la nieve no fuese blanca.
Si no existieras,
el cielo sería extraño,
yo amaría
a cualquier mujer mundana
y tú no serías más
que un rayo de luz
en la nada.
Más imperfecto,
tal vez,
 el mundo opaco sin brillo,
tú no serías Musa;
y quizás,
si tú no existieras,
no hubiese alba.


domingo, 11 de enero de 2015

Amarte simplemente

Quiero amarte simplemente, casi sin que importe que tú me ames, y sin que a ti te importe si yo te amo o no. Sí, amar sin riesgos, amar sin miedo; que es la forma más sublime de amar, y a la vez la más baja de todas.

No me hace falta amarte para escribirte, ni siquiera que tú me ames. Sólo con que existas me basta. En tu presencia, que no tiene que ser real ni tampoco física, las letras se juntan solas unas con otras. A veces parece que eres tú quien las ordena. Yo que no soy más que un conductor de piel y sangre, y tú la artista que está detrás de todo.

Este vívido sin vivir tiene su gracia. Este amarnos sin amarnos, este soñarnos sin querernos, este buscarnos sin querernos encontrar. Sólo amarnos sin querer, y sin querer queriendo amarnos; como la forma más baja de amor, o la más sublime de todas.

sábado, 10 de enero de 2015

Así como eres

Te quiero princesa, y no me hace falta más. Ayer te vi llegar igual que la noche ve llegar a las estrellas. Estabas espléndida.

Me acordé de la primera vez que tus ojos se cruzaron con los míos, y de todas las noches de insomnio que le hemos regalado a nuestros cuerpos.

No necesito más que un poco de ti cada día; nuestras rutinas de caricias y el cotidiano deleite de tu presencia. Así somos perfectos complementos el uno del otro.

Te quiero así como eres princesa, y no me hace falta más.