domingo, 25 de octubre de 2015

Hasta mañana

Tal vez pienses que me lo tomé como un juego, que jugué con tu sonrisa, y con esos ojitos; que me entretuve jugando a los poemas. Tal vez no sepas que fue mi perdición esa carita tuya, que me derretía cada vez que decías una palabra. Es posible que fuese demasiado frío, que frente a frente me desarmase tanto encanto. Así, quizás pensaste que quería a ratos y amaba una vez al año. Pero yo no te olvido, ni a ti ni a tu luz de princesa, ni a tu simpática inocencia, ni a esa boquita que me vuelve loco cada vez que dice "Hasta mañana".

Ya no era

Y entonces apareció como para querer despedirse de mí. Pero yo sabía que no estaba, yo sabía que no era ella; aunque me sonriese con la misma boca, aunque me mirase con sus mismos ojos. Era otra con su mismo encanto, con su misma cara, con su misma mirada viva, como si nada hubiese sucedido. Como si no fuera a marcharse, como si no se hubiese marchado.

viernes, 23 de octubre de 2015

Todo

Estrellita,
niña de caramelo,
muchacha de canela,
princesa de vainilla,
ángel avellana;
qué linda eres
sonrisa de azúcar,
ojitos vivos,
dicen que te
envidia la Luna.
 
Yo creo que eres
un sueño castaño,
cálida y suave
como un atardecer
de verano.
 Brisa maravillosa,
encanto de mil primaveras,
mujer de cielo, sol, y fresa.

miércoles, 21 de octubre de 2015

El último ser de la Tierra.

El último ser de la Tierra te escribe como si le importases...
El úlitmo ser de la Tierra te espera  como si fueras a aparecer algún día...
El ultimo ser de la Tierra, lo último de lo que tú te acuerdas...
La última rama que cruje, la última piedra que estalla...
La última alma que conmueve tu alma...
El último ser de la Tierra que como si tu lo amases te ama...

Tus hombros

Me gustan tus hombros porque están hechos de piel de ti. Son una capa de seda que buscan caricias, que llaman a mis besos. Me gustan tus hombros y bajar y subir por ellos. Tan delicados de carne tierna, deliciosos desde tus manos, exquisitos hasta tu cuello. Es esa zona de tu cuerpo como las nubes; el mejor vestíbulo, tan lejos del mundo, tan cerca de todo. Mi cielo, tiernos y suaves, de piel y carne de ti.

domingo, 18 de octubre de 2015

Si me mato

Y si me mato
me muero,
y si me muero
te olvido,
y si te olvido
no soy,
y si no soy
no vivo.

No vivo y
no tú, no yo,
no nada.
Todo y más,
más y menos tú,
y menos, menos yo,
menos somos,
menos nosotros...

¡Ay!
menos tú,
menos yo,
¡ay!
si me mato,
y me muero,
y te olvido.

lunes, 12 de octubre de 2015

Breve receta para escribirte

Yo para escribirte necesito saber de ti, estar en ti, entrar en ti. Si no se hace extraño, es como saberte entre fuego y agua. Para escribirte hace falta palparte el alma, sumergirse en esa inmensidad tan íntima y secreta tuya. Escribirte es sacarme a racimos el corazón del pecho. Escribirte es adentrarme en el abismo, es abrazar el caos, es renunciar a la cordura, es hacer del fuego hielo, es buscar la dicha en un desvarío. Así, trinchera de la vida, bálsamo y castigo, así de desnudo estoy yo cuando te escribo.

Niña de caramelo

Niña 
de caramelo,
sueño de azúcar,
te eligiría a ti
si la vida pudiese 
comerse;
más dulce que tú
ni la Luna.
Cascada 
de mermelada,
tú llegas y se
hace de chocolate
la tarde,
un saludo,
y las mañanas
saben a nata.
Sirope de menta,
crema de fresa helada.
Eres un postre
de sonrisas.
Niña 
de caramelo
eres todo eso
que da sabor
a la vida.

domingo, 11 de octubre de 2015

Los hombros más puros...

Aquellos eran los hombros más puros de la raza humana. Bronce en la cúspide redondeada, canela a media altura, y después, toda una cascada café hasta los brazos, hasta el codo, hasta las manos. Era todo ella una espléndida maravilla de piel tostada. Mudo e indefenso sólo podía deleitarme. Eran todas para mí aquellas dos inigualables piezas de fruta femenina, aquel exquisito conjunto de carne.

viernes, 9 de octubre de 2015

Boquita de plata

Ya no está
la niña
de caramelo,
se ha ido
la sonrisa
de primavera,
el ángel
avellana.

Ya se fue
con sus ojitos
vivos,
se marchó con
su piel de canela,
se perdieron
sus pétalos amarillos.

Aquí ya sólo
queda pasto;
ni lluvia, ni mar,
ni luz, ni cielo;
sólo el mundo
extinguiéndose
y horas amargas,
sin la boquita
de plata,
sin la niña
de caramelo.

jueves, 8 de octubre de 2015

Pétalo Amarillo (II)

Pétalo Amarillo,
tan bonita
de colores,
pareces de jazmín
y rayitos de cielo,
manantial de luz,
eres un festival
de flores.

Si fueses verano
serías de brisa
y arena,
como el sol
que te despierta,
sueño dulce
de almendras,
como tu sonrisa
de primavera.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Las cosas que importan

Dónde queda todo cuando la ves llegar con su pelo suelto o con su pelo recogido, o como sea; cuando está allí y te mira, o te dice unas pocas palabras acompañadas de una sonrisa. Entonces la vida adquiere otro sentido, uno que hasta ese momento desconocías. En ese momento te das cuenta de que lo pequeño que es el mundo porque está lleno de cosas vacías.

Qué puede importar el dinero que tengas en ese momento en el bolsillo, el que vayas a ganar, o el que ganaste y perdiste. Qué puede importar si en un solo instante una persona aparece y te desarma, y desbarata de arriba a abajo todo tu mundo. Es entonces cuando abres por fin los ojos y compruebas que las cosas no son como pensabas que eran, que todo lo que te habían explicado, que todo lo que habías visto hasta ahora estaba equivocado. Que el hecho de que haga calor o frío, que te funcione o no el coche, que tener trabajo o no tenerlo, que tener dinero o no tenerlo, que todas esas pequeñeces sociales y humanas no tienen tanto peso, porque ya nada de eso te llena ni te duele, porque existe un único ser al que sólo necesitas ver o recordar para que todos los millares de minucias del mundo se reduzcan a cero. 

Es en ese momento cuando te desembarazas de todas las cadenas que te ataban a este mundo gris y bajo, a esta caótica existencia de vaivenes, de prisas y carreras hacia ninguna parte; cuando te das cuenta de que la vida es mucho más que lo que se toca y se ve, que lo que se paga, se compra y se vende, que lo que se come o se utiliza. Que eres rico, tremendamente rico porque amas, y no todos pueden decir lo mismo, porque sientes, porque no importa si el mundo se para de repente y lo pierdes todo; porque sabes que cuando vuelvas a verla llegar con su pelo suelto, o recogido, o como sea, sabes que en ese preciso instante se reseteará el universo, y ya no importará todo lo anterior, y todos tus pesares, triunfos, decepciones, ganancias, perdidas y alegrías materiales y cotidianas no importarán, porque vivir no era lo que te había contado, vivir era otra cosa.

martes, 6 de octubre de 2015

Pétalo Amarillo

Pétalo Amarillo, anoche me acosté soñando que aparecías. Si supieses lo que me encanta tu piel, tu nariz, tu boca, tu carita... Me gustas más de lo que te he dicho. No puedes ni imaginar lo falso que he sido. Todo lo que te dije que te quería era muchísimo más. Mentí y miento siempre, Pétalo Amarillo, total y siempre mentiroso de mí. Yo que te quiero a mares, yo que te abrazo a ríos, yo que te colmo de falsedades, hoy me duermo soñando contigo. Falso como soy para no decirte que desespero y que te amo más de lo que abarcan mis brazos, que te sueño con fuerza, que te amor, que te cielo, que te tierra, que te viento, que te agua, que te fuego.

lunes, 5 de octubre de 2015

Es fácil

—¿Te veré mañana?

—No lo sé.

—¿No lo sabes?

—No.

—¿Y yo qué hago?

—No sé. También podemos vernos otra vez otro día.

—No, tiene que ser mañana.

—¿Por qué?

—Porque necesito verte todos los días.

—Bueno... no siempre se puede.

—¿Por qué sonríes?

—No sonrío.

—Sí lo haces. ¿Ves? Lo has vuelto a hacer... ¿Qué pasa si te digo que me encanta esa sonrisa?

—Nada.

—¿No pasa nada?

—No.

—Es posible, pero sonríes.

—Claro.

—Tienes una sonrisa de nata.

—Siempre dices esas cosas...

—Porque es la verdad.

—No, porque a ti te encanta inventarlas.

—Sí, es cierto, pero sin ti no podría.

—Están dentro de ti, si no fuese conmigo sería con otra.

—Tal vez... pero has sido tú, y eres tú la que está aquí ahora; de terciopelo como el material de los sueños.

—¡Esa te ha quedado fatal!

—Lo sé...

—No importa.

—¿Algún día me dirás que te gustan las cosas que te escribo? ¿O vas a dejar que siempre lo adivine?

—Me gustan. Me gustan todas.

—Amándote es fácil escribir cualquier cosa.

Las dos partes de ti

Lo que eres y lo que no eres, lo que me das y no me das; así yo disfruto las dos cosas, las dos partes de ti. Esa es la única manera de tenerte toda, de saber que estás, como hoy que necesito de ti, que necesito que aparezcas, de alguna manera, pero que aparezcas. Tú, que no sé si lees los que te escribo, que eres tan brillante como inalcanzable. Hoy, ahora necesito de ti como ayer, como mañana, como siempre que no estás y yo necesito que estés, y que no me faltes. Lo que eres y lo que no, todo lo que me das y dejas de darme. Todo lo que eres lo tomo y lo tengo guardado, saboreando el poco todo de ti que me llega;  tú que eres, existes, y pasas; yo que te tengo, así como yo te amo, así como no me amas.



sábado, 3 de octubre de 2015

Desierto y sabana

Pasé toda la noche mirándola, simplemente viéndola respirar y dialogando con su respiración. Era tan rica despierta como dormida. En aquel momento se acababa de dar la vuelta y su pechos de caramelo ya no me apuntaban curiosos, ni su semblante sonriente de ninfa traviesa amenazaba con darme la vida eterna. Ahora de espaldas, con los brazos ocultos tras su cuerpo y la sábana por la cintura, yo tenía otra perspectiva de su monumento. Ahora su cuerpo desnudo me recordaba a la sabana, o tal vez al desierto, un desierto ondulante y siempre en cambio. Ahora deslizaba la vista por el mirador de su nuca y caía por todas las dunas de su cuerpo, notándola existir, latiendo viva, dibujándola con los ojos, amándola sin querer, sabiendo que era ella, la estrella con los ojos color miel, más brillante que había dormido en mi cama.

viernes, 2 de octubre de 2015

El saludo

Ella llega, o tú la ves llegar; es lo mismo. Entonces te preparas si no lo estabas desde antes. Piensas en lo que vas a decir y en cómo. Cuidas el tono, la forma, el volumen. Lo tienes todo calculado, o piensas que deberías de tenerlo. A veces es sólo una palabra. Y a veces es algo más pero sabes que lo importante es el cómo lo dices. Pero a veces te sorprende. A veces ella se adelanta. 

Se adelanta y te desarma, y tú te quedas entre la sorpresa y el goce, y le devuelves el saludo fingiendo no morirte por ella y no madrugar sólo para recoger aquel fugaz saludo. 

Y después todo vuelve a la normalidad. A esa normalidad de los próximos quince minutos en los que crees flotar, en los que paladeas el sonido que ha salido de su boca y no eres dueño de ti.