lunes, 5 de octubre de 2015

Es fácil

—¿Te veré mañana?

—No lo sé.

—¿No lo sabes?

—No.

—¿Y yo qué hago?

—No sé. También podemos vernos otra vez otro día.

—No, tiene que ser mañana.

—¿Por qué?

—Porque necesito verte todos los días.

—Bueno... no siempre se puede.

—¿Por qué sonríes?

—No sonrío.

—Sí lo haces. ¿Ves? Lo has vuelto a hacer... ¿Qué pasa si te digo que me encanta esa sonrisa?

—Nada.

—¿No pasa nada?

—No.

—Es posible, pero sonríes.

—Claro.

—Tienes una sonrisa de nata.

—Siempre dices esas cosas...

—Porque es la verdad.

—No, porque a ti te encanta inventarlas.

—Sí, es cierto, pero sin ti no podría.

—Están dentro de ti, si no fuese conmigo sería con otra.

—Tal vez... pero has sido tú, y eres tú la que está aquí ahora; de terciopelo como el material de los sueños.

—¡Esa te ha quedado fatal!

—Lo sé...

—No importa.

—¿Algún día me dirás que te gustan las cosas que te escribo? ¿O vas a dejar que siempre lo adivine?

—Me gustan. Me gustan todas.

—Amándote es fácil escribir cualquier cosa.

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