¿Sabes qué me gusta? Las tardes de ti. Perder el tiempo y ver como pasan las nubes y las horas imaginando que estás tumbada a mi lado. Me gustan las tarde de ti y burlarme del tiempo, tu pelo en mi cara y tu cuerpo latiendo junto a mi cuerpo.
miércoles, 29 de octubre de 2014
lunes, 27 de octubre de 2014
Versos a medianoche
Quiero una musa
que acepte versos
a medianoche.
Quiero una maravilla
de ojos negros
y alma clara.
Ahora que el Sol
se esconde
más temprano
quiero encontrarte
donde la tarde
cambia de nombre
y el crepúsculo
se transforma
en noche.
sábado, 25 de octubre de 2014
La noche nos escucha
Me gusta hablar contigo. Cuando lo hago soy libre, la vida me pesa menos, y hasta respiro mejor. En tus oídos debo de sonar distinto, limpio, sin miedos, sin muros de amargura; sólo yo. Tú en los míos eres como la lluvia que resbala por los cristales: limpia, sana, cristalina y pura.
Pienso que la noche nos escucha y que cada estrella graba una palabra. A veces sueño que estás aquí, a mi lado, y que no necesitamos teléfono. A veces pienso que el mundo es demasiado cruel para que existas, y la vida demasiado imposible para que seamos.
Pienso que la noche nos escucha y que cada estrella graba una palabra. A veces sueño que estás aquí, a mi lado, y que no necesitamos teléfono. A veces pienso que el mundo es demasiado cruel para que existas, y la vida demasiado imposible para que seamos.
jueves, 23 de octubre de 2014
De luz
Ella no es humana, ella es de luz. Los humanos a veces somos oscuros, pero ella es todo luz. Me pregunto cómo un alma puede brillar tanto, cómo alguien de carne y hueso puede ser tan excelente. Ella es como un racimo de vivos colores en un mundo cada vez más gris. Yo que la amé como un niño pienso que guarda el secreto de la vida en sus manos. Yo que la amo como un niño me baño de luz acostado en su regazo.
miércoles, 22 de octubre de 2014
Momentos
Quiero conservar entre mis manos este momento, y mantenerlo conmigo pegado a mi pecho todo lo que pueda. Quiero que arda semanas y meses entre nosotros hasta que termine por abrasarnos, o se apague poco a poco, de manera muy tenue y se convierta en ascuas; y de las ascuas en la chispa que una vez fuimos. Y así, volver desde lo que no fuimos, a lo que pudimos ser, con el frío en los huesos por los abrazos que no nos dimos.
domingo, 19 de octubre de 2014
Mujer de papel
Tú eres mi mujer
de papel.
Yo tallo poesías y versos
que se encadenan
a tu cuerpo
lívido y blanco.
Eres un mundo
liso y suave,
lleno de líneas y rincones
repletos de halagos
negros y azules.
Te amo y me pierdo
en cada camino
que te recorre.
Tú, mujer de papel
contigo lleno mundos,
negro sobre blanco.
viernes, 17 de octubre de 2014
Amarnos es el regalo.
Hoy vayámonos por ahí,
a celebrar que no celebramos nada.
A celebrar que estamos juntos,
que las estrellas salen para nosotros
y que el Sol se esconde más despacio,
pintando el atardecer de rosas y naranjas.
Quiero brindar
por tu sonrisa y tus labios rojos.
Quiero organizar
una fiesta de besos
para sólo dos invitados;
y celebrar que no celebramos nada,
que el día es fresco
y nuestras noches cálidas.
Que el Sol está en el cielo,
que la Luna nos inspira,
y que amarnos es el regalo.
martes, 14 de octubre de 2014
La vida es sencilla
La vida es sencilla. Yo pasaré a buscarte a eso de las diez de la mañana. Tú estarás esperándome en la puerta con emoción contenida, con tus brazos dispuestos a saltar a mi cuello nada más verme. Nos daremos un beso tímido pero caluroso y nos tomaremos de la mano y comenzaremos a caminar.
Llegaremos a la estación cerca de las diez y veinte, y esperaremos diez minutos más hasta que salga nuestro autobus. Pelearemos como siempre porque a mí me gusta sentarme delante del todo, y a ti en la última fila. Durante el trayecto, un torrencial de caricias caerán sobre tu cabeza apoyada en mi hombro, y mis manos de vez en cuando apartarán esos dos mechones caprichosos que de vez en cuando ocultan tu rostro.
Una vez en la costa seremos libres. Yaceremos juntos sobre la arena caliente mientras la brisa saluda nuestros cuerpos. En el agua nos dejaremos llevar como los niños que fuimos, como los niños que somos.
Hasta que caiga la tarde no nos acordaremos de que el mundo existe. Nos quedaremos en la orilla hasta el último momento, observando complacidos como la esfera naranja termina su descenso hasta acabar engullida por la inmensidad violácea en el horizonte.
Después, tomaremos el último autobus que salga del paraíso y volveremos a casa cansados, y llenos de salitre. Sí; amor, la vida es sencilla.
Llegaremos a la estación cerca de las diez y veinte, y esperaremos diez minutos más hasta que salga nuestro autobus. Pelearemos como siempre porque a mí me gusta sentarme delante del todo, y a ti en la última fila. Durante el trayecto, un torrencial de caricias caerán sobre tu cabeza apoyada en mi hombro, y mis manos de vez en cuando apartarán esos dos mechones caprichosos que de vez en cuando ocultan tu rostro.
Una vez en la costa seremos libres. Yaceremos juntos sobre la arena caliente mientras la brisa saluda nuestros cuerpos. En el agua nos dejaremos llevar como los niños que fuimos, como los niños que somos.
Hasta que caiga la tarde no nos acordaremos de que el mundo existe. Nos quedaremos en la orilla hasta el último momento, observando complacidos como la esfera naranja termina su descenso hasta acabar engullida por la inmensidad violácea en el horizonte.
Después, tomaremos el último autobus que salga del paraíso y volveremos a casa cansados, y llenos de salitre. Sí; amor, la vida es sencilla.
domingo, 12 de octubre de 2014
Vestida de primavera
Quiero verte
con un alegre vestido
de flores.
Quiero verte
vestida de primavera.
Alegre,
de jazmín y de violetas
oliendo a mañanas de mayo.
Engalanadas
de verde y amarillo,
las flores tienen
un color distinto en
este día extraño.
jueves, 9 de octubre de 2014
Jugar a los desconocidos...
Juguemos a los desconocidos.
Yo trataré de imaginar quién eres sólo estudiando tu ausencia y tus ojos,
y tú lo tendrás un poco más fácil.
A ti te dejaré cuatro versos asonantes y todo un cielo de poemas.
Trataremos de cazarnos las miradas,
a ver quién sonríe antes y
quién ama más temprano.
Ese es el trato.
Si jugamos a no conocernos
yo quiero ser quien pueble tu ausencia
y tú quien colme mi alma.
martes, 7 de octubre de 2014
A tu cuerpo le gustan mis manos...
A tu cuerpo le gustan mis manos.
No lo niegues, lo sé.
Lo sé desde la primera vez que te toqué.
Tus caminos tienen algo magnético,
algo que llama a las yemas de mis dedos.
Yo los suelto y los dejo
que se diviertan como niños traviesos.
Tu disfrutas cuando se inventan nuevas caricias,
y yo cuando descubren un nuevo rincón de tu cuerpo.
lunes, 6 de octubre de 2014
Anatomía de un recorrido
Me gustas de abajo a arriba. Siempre de abajo a arriba, en ese orden, empezando por
los pies.
Reviso dedito a dedito, desde los más pequeños a los más grandes. Los quiero a todos
por igual, y ellos adoran jugar conmigo. Después voy a los tobillos, dos nudos pequeños y
recios, esas dos bolitas de hueso. Examino a conciencia toda su lisa superficie, y cuando he
terminado, sigo subiendo. Ahora vienen las rodillas. Me suelo entretener bastante en el
espacio inmediatamente inferior, e inmediatamente superior a éstas. Todo eso que
conforman tus piernas, entre los talones y los muslos. Estos últimos son una delicia, gentiles
y agradecidos a todas mis caricias.
Ahora bien, llegados a este punto, nada se compara con tu centro. Tu ombligo me
señala el camino y me recuerda que sigo vivo. Más abajo, encuentro la paz. Es el inicio de
ti, de mí, y de todo lo que alguna vez fue pensado o hecho. Paso sin prisa por tu centro;
cálido, acogedor, reconfortante. En esas latitudes nunca olvido tu revés, que me recuerda a
tus muslos. La naturaleza ha querido diseñar esa parte de ti con especial cuidado, tomando
como modelo la forma perfecta de tus caderas.
Me traslado ya al otro hemisferio, más al norte, pero sobre la misma masa cálida
incandescente.
Tu vientre es un mundo. Liso, suave, alto, profundo.Vivo y sueño en él. Mis labios se
conocen todas las rutas que lo surcan. En ocasiones recorren, varias veces, arriba y abajo,
todos esos caminos.
A los costados penden de ti dos miembros alargados que terminan en unas manos de
terciopelo y unos finos dedos juguetones, que se empeñan en enredarse en los míos. Desde
tus pulidas uñas de nácar subo y subo, deslizándome sobre tu piel con la yema de mis dedos.
En las alturas, tus hombros son un manantial. Mis labios, no sé porqué, tienen
predilección por esa grácil capa de piel que los cubre, que parece derretirse bajo mis besos.
Y siguiendo el itinerario, camino centímetro a centímetro; mejor, milímetro a milímetro
hasta ese enclave de ensueño.
En tu cuello he muerto miles de veces. Me encanta ver como se tensa, como se relaja,
y como se estremece. Guarda tantos secretos y placeres que me cuesta horrores
desprenderme de él. Para autocomplacerme, todo mi ser se vuelca largo tiempo en esa
maravillosa franja.
Entonces vuelvo sobre mis pasos, tomando una ruta distinta. Me dirijo hasta ese
hoyuelo caprichoso donde nace tu cuello. Lo exploro y sigo fugaz hacia abajo. Tus tesoros
rosados son dos pedazitos de cielo. Siento que mis manos son demasiado vulgares para
tocarlos. Me conformo con su visión, y con la textura que siento en los labios cuando llego a
la cúspide. Conquisto esas cimas todas las veces que puedo. A veces resbalo, y la caída se
me hace deliciosa, infinita... Tus dos tesoros rosados palpitan, se hinchan y me llaman. Me
comunico con ellos en un lenguaje secreto, casi mágico. Mis dedos atrevidos se escabullen y
quebrantan la calma de éstas, tus dos joyas. No los sanciono. ¿Quién no se conmueve antes
tus tesoros rosados?
Al final del camino está la ambrosía. Es algo magnético. Tus labios llaman a mis
labios. Algo más grande que tú que yo se produce entre ellos. Yo no digo nada, y tú
tampoco. Somos víctimas de cuatro líneas de carne que se aman infinitamente. De repente,
el hechizo se rompe, descubrimos que existimos, y mis ojos se pierden en tus ojos. La
sensación es de un ensueño cuando me sumerjo.
Como organismos independientes, mis manos mapean tu espalda y testan la suavidad
de cada hebra de tu cabello. Cual violín de mujer, mis dedos se mueven imitando el experto
que no soy y tratan de arrancarte algunas notas. Simulo un mordisco en la apetecible
prolongación de ti misma que cuelga de tu oreja y dejo que mi lengua se cobre su parte.
Nariz con nariz como dos esquimales sellamos el pacto de nuestra existencia. Tu ríes, y yo
he de decirlo: hueles a vida, y sabes a miel.
los pies.
Reviso dedito a dedito, desde los más pequeños a los más grandes. Los quiero a todos
por igual, y ellos adoran jugar conmigo. Después voy a los tobillos, dos nudos pequeños y
recios, esas dos bolitas de hueso. Examino a conciencia toda su lisa superficie, y cuando he
terminado, sigo subiendo. Ahora vienen las rodillas. Me suelo entretener bastante en el
espacio inmediatamente inferior, e inmediatamente superior a éstas. Todo eso que
conforman tus piernas, entre los talones y los muslos. Estos últimos son una delicia, gentiles
y agradecidos a todas mis caricias.
Ahora bien, llegados a este punto, nada se compara con tu centro. Tu ombligo me
señala el camino y me recuerda que sigo vivo. Más abajo, encuentro la paz. Es el inicio de
ti, de mí, y de todo lo que alguna vez fue pensado o hecho. Paso sin prisa por tu centro;
cálido, acogedor, reconfortante. En esas latitudes nunca olvido tu revés, que me recuerda a
tus muslos. La naturaleza ha querido diseñar esa parte de ti con especial cuidado, tomando
como modelo la forma perfecta de tus caderas.
Me traslado ya al otro hemisferio, más al norte, pero sobre la misma masa cálida
incandescente.
Tu vientre es un mundo. Liso, suave, alto, profundo.Vivo y sueño en él. Mis labios se
conocen todas las rutas que lo surcan. En ocasiones recorren, varias veces, arriba y abajo,
todos esos caminos.
A los costados penden de ti dos miembros alargados que terminan en unas manos de
terciopelo y unos finos dedos juguetones, que se empeñan en enredarse en los míos. Desde
tus pulidas uñas de nácar subo y subo, deslizándome sobre tu piel con la yema de mis dedos.
En las alturas, tus hombros son un manantial. Mis labios, no sé porqué, tienen
predilección por esa grácil capa de piel que los cubre, que parece derretirse bajo mis besos.
Y siguiendo el itinerario, camino centímetro a centímetro; mejor, milímetro a milímetro
hasta ese enclave de ensueño.
En tu cuello he muerto miles de veces. Me encanta ver como se tensa, como se relaja,
y como se estremece. Guarda tantos secretos y placeres que me cuesta horrores
desprenderme de él. Para autocomplacerme, todo mi ser se vuelca largo tiempo en esa
maravillosa franja.
Entonces vuelvo sobre mis pasos, tomando una ruta distinta. Me dirijo hasta ese
hoyuelo caprichoso donde nace tu cuello. Lo exploro y sigo fugaz hacia abajo. Tus tesoros
rosados son dos pedazitos de cielo. Siento que mis manos son demasiado vulgares para
tocarlos. Me conformo con su visión, y con la textura que siento en los labios cuando llego a
la cúspide. Conquisto esas cimas todas las veces que puedo. A veces resbalo, y la caída se
me hace deliciosa, infinita... Tus dos tesoros rosados palpitan, se hinchan y me llaman. Me
comunico con ellos en un lenguaje secreto, casi mágico. Mis dedos atrevidos se escabullen y
quebrantan la calma de éstas, tus dos joyas. No los sanciono. ¿Quién no se conmueve antes
tus tesoros rosados?
Al final del camino está la ambrosía. Es algo magnético. Tus labios llaman a mis
labios. Algo más grande que tú que yo se produce entre ellos. Yo no digo nada, y tú
tampoco. Somos víctimas de cuatro líneas de carne que se aman infinitamente. De repente,
el hechizo se rompe, descubrimos que existimos, y mis ojos se pierden en tus ojos. La
sensación es de un ensueño cuando me sumerjo.
Como organismos independientes, mis manos mapean tu espalda y testan la suavidad
de cada hebra de tu cabello. Cual violín de mujer, mis dedos se mueven imitando el experto
que no soy y tratan de arrancarte algunas notas. Simulo un mordisco en la apetecible
prolongación de ti misma que cuelga de tu oreja y dejo que mi lengua se cobre su parte.
Nariz con nariz como dos esquimales sellamos el pacto de nuestra existencia. Tu ríes, y yo
he de decirlo: hueles a vida, y sabes a miel.
domingo, 5 de octubre de 2014
El no aniversario
Hoy
es nuestro no aniversario. Soñaré que te llevo al restaurante más
caro de la ciudad. Ya he reservado mesa a las tres de la madrugada
cuando el sueño es más profundo.
Pero
antes quiero pasar toda la tarde contigo. Pasaré a imaginarte a eso
de las cinco. Pestañearé y estaremos en el parque. Entonces supongo
que buscaremos un sitio tranquilo y nos tumbaremos sobre la hierba.
Haré aparecer un árbol y bajo su sombra miraremos las nubes
caprichosas de un día perfecto. Después tomaremos un helado. Los
que venden en el parque sólo son de fresa, chocolate, y vainilla;
pero siempre puedo hacer que tengan también el de caramelo, tu
favorito.
Por
la noche te pondrás ese vestido verde tan bonito que nunca pude
regalarte y sentiré lo que he sentido tantas veces cuando sueño que
te tomo de la mano.
La
noche de nuestro no aniversario quiero que sea perfecta. Quiero
soñarlo a lo grande y estar contigo desde que cierre los ojos hasta
que los abra.
De amores imposibles
Me
debato entre amarte para siempre, o no volver a soñarte nunca más.
Tu escritor es débil, ya lo sabes.
En
los últimos tiempos ya no disfrutabas con mis letras. Estabas tan
habituada que los desayunos de café con versos se te hacían
amargos. Pero tu escritor todavía te amaba, a pesar de todo. Hacerte
el amor con palabras era maravilloso. La distancia es lo que tiene,
que si tú no ardes en mí, y yo no ardo en ti, no somos nada.
Que
fueras imposible era lo que más me gustaba. Si no, no me lo explico.
¿A qué escritor no le gusta un buen imposible?
¿Cómo hacerle el amor a una diosa?
Hoy
he vuelto a ser un imbécil. Me acordé de tu sonrisa, de tus ojos...
y antes de todo eso, me acordé de tus muslos. Eres maldita, y por
eso creo que me gustas tanto. ¡Si supieras que todavía te escribo!
Sí que lo sabes. Como sé que de vez en cuando te acuerdas de mí, ¡cómo no
hacerlo! Y de vez en cuando yo hecho de menos tus brazos, tus brazos
y todo tu cuerpo caliente.
Eras
tan sublime que hacerte el amor parecía algo vulgar, grosero,
terrenal... ¿Cómo hacerle el amor a una diosa? Sabías a fuego, lo
recuerdo; y supongo que te seguirás agitando como un volcán. Te
deseo de manera egoísta, vil, malvada. Te deseo toda, y toda para
siempre. Llevas el nombre de la perdición. Eres maldita, y por eso
te amo tanto todavía.
Pedacitos de ti
Hoy
arranqué todas tus fotos. Estaban pegadas con cinta adhesiva y se
agarraban maliciosamente a mis dedos mientras intentaba deshacerme de
ellas. Estaba esa en la que sales de perfil, luciendo tu mejor
sonrisa, con ese flequillo tuyo que tanto me gustaba. También la de
aquel viaje a Roma. Otra en la que se ve el mar de fondo, y tú,
hermosa como siempre, posas risueña.
Estoy
contento de que en casi ninguna de ellas aparezca yo. Mejor, así es
menos doloroso. Siempre tuve la sana manía de pegar en esta libreta
todas las fotos que te hacía. Ahora todo es distinto. Hasta he
pensado en tirar la libreta. Pero no, mejor así; así puedo seguir
escribiendo, aunque no sé que voy a escribir ahora que ya no estás.
Ya se me ocurrirá algo...
La
vida se me presenta extraña sin ti, como si me faltara algo, como si me faltaras tú.
He
encontrado la primera foto que nos hicimos juntos. Esa la voy a
quemar. Bueno, es demasiado trabajo hacer un fuego para una sola
foto. Mejor sólo la romperé, y ya veré que hago con los trozos...
jueves, 2 de octubre de 2014
Eres como el chocolate
Eres como el chocolate negro. Ese oscuro tan caro que sólo venden en algunos sitios. Ese que tiene un sabor duro con un puntito de amargura que lo hace tan interesante. Así eres tú... Como un dulce caprichoso al que le gusta retar a mi boca.
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miércoles, 1 de octubre de 2014
Presentación
¡Bienvenidos!
En este blog pretendo subir todos aquellos relatos y poemas que he ido escribiendo, durante los años, y que antes no encontraban su sitio. Espero que disfrutéis y os emocionéis leyéndolos, o que al menos os recuerden a esa persona que os inspiró, o a la que inspirasteis...
YLS
En este blog pretendo subir todos aquellos relatos y poemas que he ido escribiendo, durante los años, y que antes no encontraban su sitio. Espero que disfrutéis y os emocionéis leyéndolos, o que al menos os recuerden a esa persona que os inspiró, o a la que inspirasteis...
YLS
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