No te gusto, lo sabes; pero no sé porque te empeñas en querer pensar lo contrario.
Ya me gustaría que fuese así, pero sólo soy tu poeta, tu amante lejano de rostro serio y ojos tristes. Sabes que amarte se me haría imposible, que sólo sé sentir, y nada más. Me consuela un poco pensar que lo intentas, que en tu inmenso corazón has querido hacerle hueco a esta alma extraña, y que tu espíritu es tan claro que caben en él hasta las personas más oscuras.
Amor, sabemos que en un mundo imposible seríamos compatibles; y que ahora sólo nos queda saber que nos amamos, que nos amamos, y nada más.
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