jueves, 16 de abril de 2015

Adiós

Bueno, era inevitable. Sabías que iba a pasar. Tarde o temprano ocurriría. Después de todo, quién eras tú. Tú eras triste y débil. Ella no se merecía alguien así. Ella se merecía a alguien que la sacase a bailar, que la llevase al mar por la noche, que pudiera mirarla a los ojos sin sentirse inferior. Ahora se ha ido. Ahora será feliz. Tú debes seguir tu camino. Era inevitable y lo estabas esperando. No puedes culparla, ¡cómo hacerlo! Después de todo, quien eras tú. Ella se merecía a alguien que fuese más que versos.

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