Quién te hizo niña,
tan viva, tan risueña,
tan tuya.
Quién puso en ti
todo aquello,
puro, hermoso,
y sagrado.
Quién no lo sé,
mas se yo
que aquí arriba
donde hiela
y nunca se ve
amanecer,
cala más
tu alegría,
llora menos
el alma mía
y cual valiente
cobarde canalla,
me haces tú
estremecer...
No hay comentarios :
Publicar un comentario